IRUECHA

Virgen Iruecha

Las fiestas de Iruecha se celebran desde la primera parte del siglo XVII (año 1728) con la llegada de la devoción de la Virgen de la Cabeza a esta ciudad.

Iruecha es una localidad soriana de la comarca del Jalón actualmente casi despoblada. Según me comentaron sus vecinos, en invierno solo habitan tres de ellos en el pueblo. Mientras paseaba por sus calles observando sus preciosas casas de piedra, en ningún momento tuve la impresión de encontrarme en un lugar de la España vaciada, todo lo contrario, me pareció un pueblo acogedor, limpio, cuidado y aparentemente habitado. Tal vez las personas emigradas lo visitan asiduamente los fines de semana y en vacaciones. Me sorprendió positivamente la excelente organización de todos los actos que se llevan a cabo durante las fiestas, a las cuales acuden cientos de personas naturales de Iruecha y de las poblaciones aledañas.

VIRGEN Iruecha

Los iruechanos han sido capaces de conservar y transmitir sus tradiciones ancestrales y su ferviente devoción a la Virgen de la Cabeza a las nuevas generaciones, aun con la gran dificultad que supone organizarlas a distancia. El origen de la devoción a esta advocación se remonta a la primera mitad del siglo XVII. Según el destacado militar de la guerra de Cuba, D. Mariano Casado, unos devotos trajeron un cuadro de la Virgen, copia original de la que se venera en Andújar. Pronto se convirtió en la devoción más importante de los vecinos de Iruecha, llegando a ser proclamada patrona del pueblo en 1652. Desde entonces se vienen celebrando en su honor solemnes cultos organizados por Mayordomos.

En 1723 se hizo una imagen de bulto que fue colocada en el retablo del altar donde se hallaba anteriormente el cuadro, aumentando el esplendor y la solemnidad de la fiesta. En 1728 se menciona a un grupo de soldados, llamados posteriormente Oficiales, que participaban muy activamente en ella, dando solemnidad a los festejos y realizando la Soldadesca (lucha de moros y cristianos). Las fiestas se celebraban el último domingo de abril y conservaron su brillo y esplendor durante la primera mitad del siglo XX. A partir de 1922, debido a las inclemencias del tiempo, que impedían con frecuencia realizar los actos al aire libre, se trasladaron al 20 de septiembre una vez acabadas las faenas de recolección. Más tarde, en la década de los setenta, a consecuencia de la emigración que dejó a la localidad prácticamente despoblada, las fiestas decayeron vertiginosamente llegando incluso a no poder celebrarse por falta de personal. En 1974 se opta por trasladarla al 20 de agosto. Su plena recuperación se produjo en 1989. A partir de entonces se vienen celebrando ininterrumpidamente el tercer fin de semana de agosto.

Los festejos más destacados que se llevan a cabo durante las mismas son: la Soldadesca anteriormente mencionada, la Danza de las Espadas y el Rosario de los Faroles. La Soldadesca es sin duda el acto más característico de las fiestas. Se han conservado dos versiones de los textos que se relatan en ella, una corta, atribuida a D. Mariano Casado y otra larga. Actualmente se representa la versión larga que, al parecer es más fácil de memorizar y exige menos destreza por parte de los jinetes. Su argumento es prácticamente el mismo. Es un simulacro de la invasión del pueblo por el ejército moro, que intenta arrebatar a los cristianos la imagen de la Virgen, produciéndose un enfrentamiento entre los dos ejércitos, moro y cristiano. Todo termina mediante la intervención de un ángel con la victoria de los cristianos y la conversión de los moros. La Soldadesca fue declarada de Interés Turístico Regional en 1991. La Danza de las Espadas, un baile de origen remoto, es más antigua que la Soldadesca. Algún escritor investigando el origen de la Soldadesca ha visto cierta relación con la Danza de las Espadas, aunque no hay documentos que lo avalen. Del Rosario de los Faroles, aunque se desconoce su origen, ya se hablaba de él en 1909. En este original rosario ochenta faroles de diferentes formas y colores, distinguiendo misterios, avemarías y padrenuestros, procesionan de noche delante de la Virgen formando un espectáculo impresionante y emotivo, que finaliza al llegar a la iglesia entonando al unísono la salve popular. Aunque antiguamente existían fiestas de moros y cristianos por otros pueblos de Castilla, actualmente esta bonita localidad soriana ha conservado esta tradición en la que todo un pueblo se reencue ntra y enorgullece de su historia, su cultura y sus tradiciones.

Fuente: Encarna Sánchez Navas- Mirando al Santuario 2022


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