En la Edad Moderna la popularidad en general de las cofradías o hermandades fue muy grande, en relación a las nacidas en la Edad Media; prueba de esto la tenemos en las que se crearon bajo la advocación de la Virgen de la Cabeza, contabilizándose 69 en 1677 y 71 en 1773; año de la suspensión de todas.
La eclosión de cofradías en la década de los 70 del siglo XVIII. provocó una intervención del Estado para su reducción. Los ilustrados no tuvieron una posición homogénea ante la religión; de ahí que la enten- dieran de otra manera: más sincera, simple y personal. En definitiva, entendían de otro modo la religiosidad popular.
El motivo de que las cofradías de la Virgen de la Cabeza dejaran de asistir a la romería y en teoría la supresión de esta, tiene su origen en la denuncia que hace al conde de Aranda el párroco de Montoro (Córdoba), Fernando López de Cárdenas en 1772 y que se tramitará a través de la Real Chancillería de Granada. Un año antes otra denuncia había supri- mido la romería de la Virgen de Consolación de Utrera (Sevilla); como vemos la de Andújar no fue la única.
Las alegaciones de López de Cárdenas eran los sobornos, con vino y tabaco, del hermano mayor a los pastores, agricultores y molineros, A ello le sumaba los insultos habituales entre romeros, aceptados por el pueblo, las ofensas a Dios, la Virgen y los santos; al ser un detractor de todo lo que no fuera la pura ortodoxia religiosa. Y además a todo ello le sumaba la venta de mulas gallegas fiadas, que suponían un fraude fiscal al no pagar impuestos a la Hacienda Real.
La supresión:
En junio de 1772 el presidente de la Real Chancillería de Granada recibe una carta del Real Consejo de Castilla dándole las órdenes oportunas para retirar los estatutos u ordenanzas a las cofradías y suprimir la romería de la Cabeza.
El 16 de dicho mes el corregidor de Andújar recibe una carta del presidente de la Chancillería comunicándole la denuncia, a la vez que le pide un informe; lo mismo que le solicitará otro al marqués de la Merced.
Ambos responderán suavizando lo que ocurría en la romería, según lo apuntado por el denunciante.
La prohibición no se pudo evitar y en marzo de 1773 llegó de Granada la orden de supresión y la recogida de los estatutos, de las 71 cofradías existentes de la Virgen de la Cabeza; unas enviaron lo originales, o una copia de ellos y otras no respondieron.
No será hasta seis años más tarde, en concreto en 1779, cuando el hermano mayor del momento de la supresión, marqués de Vilanos, Juan de Mata Oca y Velasco; solicite al presidente de la Chancillería, Jerónimo Velarde y Sola, la restitución de las cofradías; aunque en 1777 el referido marqués había interpuesto un recurso al rey y su Real Consejo para que la autorizara a continuar en su actividad.
A pesar de la supresión, la romería se siguió celebrando gracias a su carácter popular que tanto molestaba a los ilustrados; de ahí la presencia de la autoridad municipal, para poner orden, en la fiesta de 1773. Año en que las cofradías ya no podían hacer acto de presencia y además la fiesta estaba suprimida. En años sucesivos ocurrió lo mismo, enviando el ayuntamiento al alguacil Mayor del Campo con cuatro guardias y dos soldados, salvo en 1777 que fue el propio corregidor.
Con fecha 1 de julio de 1782 el rey Carlos III otorga su Real Pragmática aprobando los estatutos de la desde entonces; Real, Antigua y Venerable Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Andújar. En ese año había 72 cofrades, de los cuales 17 dejaron de serlo por impago de la cuota anual, mientras que se incorporaron 12 nuevas personas. (GÓMEZ, 2008: 107-128).
FUENTE:
PLEITOS DE LA COFRADÍA MATRIZ, DE LA VIRGEN DE LA CABEZA DE ANDÚJAR, DURANTE LOS SIGLOS XVI AL XX. Enrique Gómez Martínez. Real Academia de la Historia. Instituto de Estudios Giennenses.
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