En este apartado podrás ver historia de esta romería centenaria, una romería muy antigua que ha ido evolucionando con los tiempos si perder su esencia.
La romería de la Virgen de la Cabeza de Andújar es una de las mas antiguas de España. Empezó a celebrarse en el siglo XV.
Tabla de contenidos
Romería 1970
Romería 1960
Romería 1954
Romería 1940
Romería 1931
Romería 1926
En esta fotografía de la Romería de 1926 podemos observar a la primitiva imagen de Nuestra Señora de la Cabeza sobre su antiguo templete procesional en la lonja del Real Santuario de Andújar.
La Virgen y el Niño portan las coronas de la Coronación Canónica de 1909 y van sobre el magnífico templete realizado en 1581 por los orfebres cordobeses Sebastián de Córdoba y Rodrigo de León, artistas que también realizaron la custodia de la Cofradía Sacramental de Santa María la Mayor que aún hoy se conserva.
Los hermanos mayores de la Real e Ilustre Cofradía Matriz de Andújar para ese año fueron los Señores Don Lucio Luján Rueda y Doña Carmen Torres Gómez.
Texto gracias al historiador Tomás de Jesus Porras González.
Romería 1923
Romería 1922
Romería 1890
Mujeres en jamuga 1890
Fuente: Álbum de fotografías de la romería de Nuestra Señora de la Cabeza en Sierra Morena- 1890
ROMERÍA EN EL SIGLO XVI
Historiador Rafael Frias Marín
La gran fiesta a su titular se celebraba en el Santuario de Sierra Morena el último domingo del mes de abril, obligándose para ella todas las cofradías a acudir acompañadas de un nutrido número de cofrades. Previamente a esto se había concertado y previsto en el cabildo todo lo necesario para el viaje y la estancia en la Sierra.
La distancia al santuario marcaba el comienzo de la romería a cada una de estas corporaciones: así , Úbeda específica en sus reglas que debía salir <<cinco días antes del domingo postrero del mes de abril».
La peregrinación se rodeaba de una serie de símbolos e instrumentos obligatorios y necesarios para su concurrencia. Lo primero y más importante era la confección de un estandarte, «porque donde quiera que ay cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza, lo principal que tiene o procura tener es un estandarte muy bueno», símbolo distintivo de cada agrupación; de ello es clara muestra los cuantiosos descargos que las cofradías para pagar los costos de sus hechuras, algunos «tan ricos, que por lo pesado que lo haze el oro, y plata de las bordaduras ha menester que algunos ayúdese de más de seis Cofrades con horquillas, para poder llevarlos desde su tienda hasta el Santuario … Sus divisas son las armas de cada lugar bordadas en oro en un lado, y por la otra parte una Imagen del aparecimiento de la Virgen de la Cabeza con el pastor arrodillado». Su lugar preferente en la peregrinación queda bien claro en las reglas de Úbeda, donde indica que este debía ir delante, encabezando la comitiva. Una bandera de colores, un guión y el cetro con la imagen de la Virgen para el prioste completan el juego de insignias.
Otros de los instrumentos básicos fueron las grandes tiendas de campaña que les servían de albergue durante el camino y en su estancia en Sierra Morena a aquellas cofradías que no poseían allí casas propias o alquiladas. Realizadas en «lienzo encerado, capacíssimas y muy vistosas, adornadas de flamulas, banderolas, y gallardete’ de diferentes colores, armadas con guindaletas, y maromas».
En cuanto a la indumentaria personal del cofrade en los actos púbicos éste es obligado a asistir con su roquete blanco, a semejanza de los portadores de las andas de las andas de la Virgen de la cofradía de Andújar. Esta tradición pensamos que provenga del tratamiento especial de los actos que estos enroquetados realizan: portar la andas de la virgen y llevar las insignias y hachas de cera que acompañaban a estas. Los diputados de Andújar, a partir de 1569, se ciñen con unas bandas de color carmesí para ser reconocidos para pedir limosnas, distinguiéndose así de los demás cofrades.
El jueves y el viernes del último domingo de abril llegaban las cofradías a Andújar, donde eran recibidas por la matriz junto a las autoridades civiles y eclesiásticas de la ciudad, en medio de un espectáculo de un barroquismo desbordante. Parece que algunas llegan al Santuario directamente por la sierra, tornando el camino que lo une con Baños de la Encina o con Extremadura.
Las comitivas formadas por gentes de todos los niveles sociales ocasionando grandes gastos «de comida para frailes e pobres e otras personas que allá yvan», debiendo ser un tanto abusivos para sus arcas, con lo que el cabildo de la cofradía de Baeza el 8 de abril de 1565 acuerda «no se gaste de oy más ni se lleve cosa ninguna a costa de la dicha cofradía y bienes de ella so pena que el prioste que lo gastare no se le reciba en cuenta cosa alguna».
El sábado por la mañana parten de Andújar todas la cofradías que habían hecho noche en la ciudad, donde era común entre naturales y forasteros «diferentes burlas … que tal vez parecen disonantes, y disconformes de la intención, y devoción interior con que hazen aquel viage», hecho que lleva a un sacerdote de la ciudad a crear una capilla de música compuesta por niños para cantar letanías y coplas de la Concepción de Nuestra Señora, «llevando en unas andas el Buen Pastor, con que estorvan piadosamente aquella vocería, y les hasen cessar».
El camino de Andújar al Santuario se salpica de ventorrillos, donde es común la concurrencia de los peregrinos. La montuosidad del terreno se complica con el difícil paso del río Jándula, que la cofradía de Andújar intenta salvar construyendo puentes de madera.
Al medio día ya han llegado la mayoría de las cofradías al cerro donde se sitúa el templo de la Señora, instalando sus tiendas de campaña en el lugar que tenían señalado de años anteriores, o instalándose en las casas que de su propiedad habían construido algunas cofradías. A continuación las comitivas con sus estandartes, cofrades con roquetes y hachas de cera en las manos marchan a celebrar las vísperas, recibiéndolas en las puertas del Santuario la cofradía de Andújar, encargada de darle paso por orden de antigüedad. Andújar era la única que tenía el privilegio de pasar a la capilla mayor. Estos momentos en los que los cofrades tienen su primer contacto con la Virgen presentan las más diversas expresiones del fervor popular, alzando los estando los estandartes y vitoreando a la Virgen sucesivamente. La ceremonia se adorna con las capillas de música que traen las cofradías, los ricos e innumerables estandartes y las vestiduras de los celebrantes. Una vez terminada la ceremonia cada cofradía vuelven a sus aposentos.
La imagen de la Virgen, situada en un tabernáculo del centro del retablo principal, se cubre con una serie de velos de colores que retiran en ciertos momento, para que la muchedumbre allí congregada la pudiese ver.
El domingo antes de amanecer comienzan en el altar mayor las misas de cada una de las cofradías, celebradas por los capellanes que las acompañan, para una vez finalizada salir hacia el lugar que le corresponde en la procesión. La misa de la cofradía de Andújar en 1505, fecha en que se redactan sus estatutos, se celebra después de la procesión, para realizarse más avanzado el siglo antes de ésta.
Este hecho nos hace pensar en una fiesta distinta con anterioridad a la incorporación de las cofradías filia-les. Una vez celebrado el oficio correspondiente a Andújar, se despeja la iglesia, «teniendo los velos del Altar sobre la primera rexa … abre el rector la del Tabernaculo, y baxa la Sagrada Imagen de su Trono, y la pone con toda veneración en las andas de plata, que están cercadas por una rejita delgada … Entonces suben dos Capellanes, revestidos con casullas, en las andas, los quales cuydan de acomodar los ciegos, coxos y lisiados, que van en ellas»; así los cofrades de Andújar sacan la imagen hasta la puerta del Santuario donde se la entregan a los miembros de la cofradía de Arjona, asistiéndola el capellán de esta cofradía revestido de diácono. Las cofradías con sus estandartes al frente y en riguroso orden de antigüedad esperan la llegada de las andas en el lugar que se les había señalado, portándolas en su espacio correspondiente y pasando con posterioridad a formar parte de la procesión propiamente dicha.
El recorrido se prolonga hasta la plaza formada en la ladera del cerro para después ascender de nuevo a su morada. Las escenas de fervor descontrolado se acentuaban en aquellas romerías en las que se producía algún milagro, donde lo incontrolable de la situación supera a la autoridad de la cofradía y la justicia de la ciudad de Andújar.
Las fiestas de las filiales en sus localidades no tiene ningún tipo de unidad en lo que a fechas concretas se refiere: Baeza celebra su función en la mañana del Domingo de Resurrección, mientras que Úbeda lo hace en la festividad de la Anunciación. Lo que parece claro es que la mayoría la celebran el día de la Natividad de la Virgen en el mes de septiembre, como son los casos de Mengíbar y Cambil-Alhabar, hecho que también lo podemos tomar como simple coincidencia debido al alto número de cofradías.
La obligación de asistir a la procesión del Corpus es uno de los rasgos comunes a todas ellas. Los cofrades enroquetados, con hachas de cera en las manos y portando el estandarte concurren a ésta, incluso en algunos casos como Andújar portando la imagen de su titular.