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Camino Virgen de la Cabeza en mulo
A lomos de un mulo disfrutaras de un impresionante paisaje serrano, es una manera original de recorrer la Sierra de Andújar, veras formaciones de media montaña y sus bosques de encinas alcornoques quejigos y robles.

Para aquellos romeros inexpertos o que realizan la subida al Santuario de la Virgen de la Cabeza por primera vez, optar por hacerlo en mulo es una excelente elección.
Estos animales, conocidos por su temperamento tranquilo y su gran resistencia, son ideales para recorrer los senderos de Sierra Morena con seguridad y comodidad.
A diferencia de los caballos, los mulos son más dóciles y fáciles de manejar, lo que facilita la experiencia incluso para quienes no tienen experiencia previa en equitación. Además, su firmeza en terrenos irregulares y su capacidad para adaptarse al ritmo del caminante los convierten en los compañeros perfectos para disfrutar de la romería sin preocupaciones.







Los Atalajes en la Romería de la Virgen de la Cabeza
Fuente: historiador Enrique Gómez Martínez
Una Tradición Centenaria
Dentro de las tradiciones más representativas de la Romería de la Virgen de la Cabeza, en Andújar, se encuentra la costumbre de enjaezar las caballerías, mulos y borriquillos que sirven de transporte a los romeros. Durante el último fin de semana de abril, estos animales son decorados con esmero para resaltar la importancia de quienes los montan y para competir en vistosidad con los demás.
El trabajo artesanal de embellecer a las caballerías ha sido tradicionalmente tarea de los albardoneros, artesanos especializados en la elaboración de los distintos atalajes que componen el aparejo de los animales.

El Aparejo: Un Conjunto de Elementos Decorativos
Los atalajes de las caballerías están compuestos por varias piezas que se superponen entre sí, aportando funcionalidad y estética al conjunto. Entre los elementos que conforman el aparejo destacan:
- Albardón: Base sobre la que se asientan los demás elementos.
- Enjalma: Cubre la albarda y aporta mayor comodidad al animal.
- Ataharre: Banda de cuero que rodea la grupa de la caballería, impidiendo que el aparejo se desplace hacia adelante.
- Ropón y mandil: Elementos decorativos que se colocan sobre el aparejo.
- Cincha: Banda que rodea el vientre del animal para sujetar la albarda.
- Sobrejalma: Manta bordada que cubre la enjalma.
- Alforjas: Bolsas de tela utilizadas para transportar víveres durante el camino.
- Jáquima: Parte del atalaje que rodea la cabeza de la caballería y permite su control.
El Pecho Petral: Elemento de Distinción
Uno de los elementos más destacados en la ornamentación de los mulos es el pecho petral, una correa ancha que rodea el pecho del animal y se sujeta a ambos lados del aparejo. Además de su función práctica, se adorna con madroños de lana de múltiples colores, flecos y detalles bordados, convirtiéndolo en una pieza llamativa dentro del conjunto.
La Jáquima: Diferencias entre Mulos y Borricos
La jáquima es el atalaje que se coloca en la cabeza del animal. Su diseño varía según la especie:
- En los mulos, está formada por un frontal, cogotera, árbol y dos anillas grandes para atar la cuerda de guía. Se adorna con botones dorados, espejos y dos borlas laterales, rematándose con un penacho de pelos de macho cabrío en la parte superior.
- En los borricos, la jáquima es más sencilla, confeccionada con correas de cuero cubiertas por un bozal bordado. Este bozal incluye anteojeras a cada lado de los ojos, boquera, árbol, frontal y penacho, similar al diseño de los mulos pero con menor ornamentación.
La Decoración: Colores y Tradición
Uno de los aspectos más llamativos del atalaje de las caballerías en la romería es su colorida ornamentación. Los diferentes elementos del aparejo se adornan con:
- Madroños: Pequeñas bolas de lana de vivos colores.
- Motas: Flecos de lana que aportan movimiento y vistosidad.
- Bordados: Diseños florales y geométricos en las sobrejalmas y alforjas.
El colorido y la profusa decoración son características esenciales de esta tradición, otorgando un aire festivo a la caballería y destacando la identidad de la romería.
El Arte del Albardonero
La confección de estos atalajes es un arte que se transmite de generación en generación. Los albardoneros emplean herramientas tradicionales y técnicas ancestrales en su trabajo, utilizando materiales clásicos como el cuero, la lana y la madera.
Para la elaboración de los flecos y madroños, se emplea un telarillo, un dispositivo de madera compuesto por un cajón con un listón vertical donde se coloca el carrete con su manivela. Antiguamente se utilizaba hilo de estambre, pero en la actualidad se ha sustituido por lana.
Un Patrimonio que Debe Preservarse
El enjaezamiento de las caballerías es una seña de identidad de la Romería de la Virgen de la Cabeza. Esta tradición, que combina arte, historia y devoción, merece ser protegida y fomentada para que no se pierda con el paso del tiempo. La labor de los albardoneros y la belleza de los atalajes siguen siendo un reflejo del arraigo cultural y del espíritu festivo de la romería más antigua de España.
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